Su objeto es proteger a las empresas frente al riesgo de insolvencia o impago de sus compradores a crédito, asegurar el circulante, la cuenta de clientes.
Sus beneficios para las empresas se resumen en tres grandes líneas:
Actualmente, todas las Aseguradoras de crédito presentes en España ofrecen una amplia variedad de soluciones para la cobertura de los riesgos comerciales en sus diferentes modalidades: cobertura de la totalidad de las ventas a crédito en España y mercados de exportación, riesgo político, clientes individuales a corto y largo plazo, Exceso de Pérdidas (modalidad que ofrece total autonomía al Asegurado) y Pólizas de Segunda Capa, que complementan la cobertura de la Póliza principal